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Me lo dijo un pajarito

enero 16, 2009

Felipe Calderón en el Encuentro Mundial de las Familias

El Encuentro Mundial de las Familias es un evento organizado por el Vaticano donde, en palabras de sus organizadores, "miles de personas de los cinco continentes se reúnen para compartir, dialogar, orar y profundizar en aspectos importantes del papel de la familia cristiana en el mundo actual".

El Encuentro consta de un Congreso Teológico Pastoral, "en el que se profundiza en temas importantes relacionados con la familia" por parte de "especialistas en el tema de familia provenientes de todo el mundo"; un Encuentro Festivo y Testimonial "en [el] que matrimonios y familias de todo el mundo dan un testimonio de su experiencia en diferentes aspectos de su vida y comparten su alegría de ser familias cristianas" (¿así o más ñoño?) y una misa de clausura. Como se ve, un evento divertidísimo.

La sexta edición de este evento se llevó a cabo en la ciudad de México del 14 al 18 de enero de 2009. Durante su inauguración, contó con la presencia del presidente Felipe Calderón, quien se echó un bonito discurso con todos los lugares comunes de La Familia Como Fundamento De La Sociedad®; enunció una letanía interminable de proyectos, iniciativas y buenos deseos "a favor de las familias" del gobierno federal que él encabeza (más de eso abajo), y, en un acto más digno de una maestra de catecismo que de un Jefe de Estado, recordaba y mencionaba a todas las congregaciones católicas que influyeron en su vida y a las que sigue encomendando la educación de sus hijos. Aquellos con tendencias masoquistas y nada que hacer pueden fumarse la parrafada completa en el sitio de prensa de la Presidencia de la República.

150 años después de las Leyes de Reforma y la secularización del país, la religiosidad del presidente sigue despertando reacciones encontradas. Todos sabemos quiénes aprueban la presencia de Calderón en el Encuentro y quiénes la condenan. Pero por enésima ocasión, no está a discusión que Felipe Calderón tenga derecho a ir a la iglesia o a declararse católico devoto. Lo tiene. Yo opino que hasta tiene derecho a ir al Encuentro, sentarse por ahí y escuchar lo que los ponentes tengan que decir. Lo que está a discusión es que haya dado uno de los discursos inaugurales como Jefe de un Estado supuestamente laico, con todo y podio con el escudo nacional, porque Calderón está haciéndole una deferencia innecesaria e inmerecida a una religión particular, sin importar que esa religión sea la mayoritaria o la del mandatario.

El discurso de Calderón está lleno de alusiones religiosas en nombre del país, aparte del ya famoso "bienvenidos, como ya dijeron aquí los señores cardenales, a esta tierra de María de Guadalupe y de San Juan Diego". Por ejemplo:

Quiero darles la bienvenida, amigos, en nombre del pueblo y del Gobierno de México. Me es muy grato que hayan escogido a nuestro querido país como sede de este Encuentro de las Familias, y puedo asegurarles que para cualquier evento de cualquier signo, ideología, religión, que precisamente, promueva valores y principios fundamentales para México, nuestra Patria siempre tendrá los brazos abiertos.

Quiero decirle al señor Cardenal Ennio Antonelli, se lo diré al señor Cardenal Bertone y, desde luego, les transmito a los miembros del Colegio Cardenalicio, aquí presente, que le transmitan un saludo muy respetuoso a Su Santidad el Papa Benedicto XVI, que la verdad es que lo extrañamos en México y que aquí lo vamos a seguir esperando siempre con los brazos abiertos.

Bienvenidos, sí, por qué no, siempre y cuando no se metan en mis asuntos. Eso de "valores y principios fundamentales" se oye bien bonito, hasta que uno piensa que el catolicismo se ve a sí mismo como la única religión verdadera, y por lo tanto todo lo que pregona es un valor y principio fundamental. Habrá que ver qué tanta gracia le hace a Calderón si alguien decide organizar un Congreso Internacional de Ulemas en México. O si en seis meses organizo el Primer Congreso Internacional Pastafario para llevar a las masas desesperadas y oprimidas mi mensaje de paz, amor, fideos y patas de palo. Igual, si Ratzinger Z quiere venir a México, que venga, siempre y cuando no se gaste mi dinero, no me cierre la calle y no me interrumpa la transmisión de Los Simpsons o de House. Pero yo no lo extraño ni lo espero, y no me gusta que Calderón le extienda invitaciones en mi nombre.

Calderón también parece tener la idea de que del Encuentro va a salir algo de provecho:

Tengo plena confianza en que de este Encuentro, de este Congreso, surgirán nuevas ideas, nuevas iniciativas, nuevas propuestas para encarar los retos que enfrentan las familias en nuestras sociedades.

[...]también pido que de este Congreso surja un nuevo rumbo, una nueva fuerza y un nuevo espíritu que conduzca, precisamente, a la plena realización de todo aquello en lo cual creemos.

Pero si la mayoría de los interesados en estos asuntos ya teníamos una idea de lo que van a decir, y las notas de la prensa lo confirman: hay que defender a la familia del mundo real; el divorcio es malo; el aborto es peor; el sexo es sólo entre hombre y mujer casados como Dios la Iglesia manda, y los medios de comunicación y los gobiernos deben hacernos caso porque somos El Camino, La Verdad y La Vida. Llevan diciendo eso por décadas o siglos y cada vez menos personas, al menos en las élites, les hacen caso. Si nada cambió con los cinco Encuentros anteriores, muy probablemente nada cambiará con este. El Encuentro de las Familias no hace más que predicar a los conversos.

Debe notarse que el grueso del discurso durante la inauguración está destinado a mencionar sus planes de gobierno: de un discurso de más de 3600 palabras (y 22 mil caracteres), casi 1500 (8400 caracteres) estaban dedicadas a programas del gobierno federal. Eso es el triple de sus alusiones religiosas (470 palabras, 2700 caracteres) y casi lo mismo que las lugares comunes de la derecha conservadora sobre la importancia de la familia nuclear (1300 palabras, 9000 caracteres), que fue lo que recogieron la mayoría de los medios. Mucho san Felipe de Jesús y monjas de Morelia, pero el hombre fue sobre todo a hablar de lo que (dice que) hace como Presidente, incluso de planes que no parecen estar relacionados con la agenda social católica, como la lucha contra el narcotráfico y el subsidio a los hidrocarburos.

Poniéndonos en modo leguleyo, tal vez no exista un impedimento legal explícito para que Calderón vaya como Presidente de México a la inauguración del Encuentro Mundial Católico de las Familias. La Ley de Asociaciones Religiosas sólo dice que las autoridades no pueden asistir a actos de culto público ni participar en los "asuntos internos" de las asociaciones religiosas: la inauguración del Encuentro no tuvo actos de culto o adoración, y no parece haber una definición clara de "asunto interno".

El problema aquí es uno de valores (¡ja!). Calderón habló como Presidente en nombre de todos los mexicanos, incluyendo esos diez millones que son protestantes, judíos, musulmanes, agnósticos o ateos (más una cantidad indeterminada de católicos a la carta y apóstatas de facto), y habló de sus acciones como Presidente, queriéndolas enmarcar como compatibles con la ideología social de la Iglesia católica. Al apadrinar un evento del catolicismo más conservador, Felipe Calderón insinúa el verdadero principio rector no tanto de su persona (la verdad no se podía esperar otra cosa) sino de su política, y que está dispuesto a escuchar e implementar cualquier necedad que venga de la jerarquía católica, así sea a costa de la pluralidad propia de una sociedad liberal y democrática como la que pretendemos construir, por no decir a costa de la realidad.

Notas periodísticas

6 comentarios:

Pablogger dijo...

Buena nota Pereque.
El problema con las minorías es que nunca hay suficiente cobertura. Admito que pertenezco a una minoría que no tiene religión; a otra minoría que pone atencion a la ortografía; a otra minoría que no ve los canales de Televisa o TV azteca; y quizás a otras de las que no tengo conocimiento aún.
Pero no me preocupa si no hay cobertura oficial para estas minorías.
¿Que hacer si la mayoría de los mexicanos creen en la virgencita de guadalumpen? Lo primero es no preocuparme. ¿Que hacer si mi presidente también cree en ella? Lo primero es pensar que es su pex. La cobertura finalmente intenta cubrir a la mayoría.
Saludos

Antonio dijo...

He procurado no rasgarme las vestiduras por el hecho de que el presidente de la república esté dando tanta importancia a un evento claramente católico. Después de todo, desde que votamos por el PAN a la presidencia sabíamos que la tendencia sería así. Sin embargo no puedo dejar de sentir cierta molestia al pensar en la imagen que México sigue dando al mundo.

Un Abrazo.

Anónimo dijo...

el texto ganó toda mi atención. me parece de lo más atinado, como el resto del blog. felicitaciones.

Gndrix dijo...

Vientos por el post. "¿Y el avionazo apa'?"

Anónimo dijo...

Algo que siempre me repateará las tripas es cuando alguien se arroga el papel de "defensor de los valores fundamentales". ¿Qué son los valores fundamentales?. Digo yo que cada uno tendrá los suyos...
¿No será, acaso, que se refieren a los "valores fundamentalistas"?.

Gran post. Felicidades.

Pereque dijo...

Para los interesados, Roberto Blancarte documenta la involución laica de Calderón.

KC: Si tan sólo fuera asunto de coberturas...

AQH: ¡Bienvenido!

Gndrix: M'ijo, algún día, todos los datos del avionazo serán suyos.

Saludos a todos.