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Me lo dijo un pajarito

agosto 26, 2009

Los alimentos orgánicos no son más nutritivos que los convencionales

Una de las ventajas que los productores de alimentos orgánicos (que a grandes rasgos son aquellos que se producen sin fertilizantes, pesticidas o aditivos de origen industrial) difunden a favor de sus métodos y mercancías es que lo orgánico es más nutritivo que lo agroindustrial o convencional. (Véase un ejemplo aquí.) Puesto de esa forma parece una instancia más de la falacia naturalista: lo natural es mejor que lo artificial. Pero en principio puede ser cierto.

A finales de julio de 2009, la Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido (FSA) publicó y adoptó los resultados de una revisión sistemática de la literatura médica relacionada con alimentos orgánicos, realizada por un equipo de investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM). El objetivo era determinar si existen diferencias nutricionales entre la comida orgánica y la comida convencional agroindustrial.

A ver si me doy a entender. Una revisión sistemática es un tipo de estudio que examina la literatura disponible sobre un tema particular y específico. De acuerdo a criterios públicos, predefinidos y replicables, se hace una selección de los artículos relevantes y se evalúa su calidad. Todos esos factores se toman en cuenta para hacer una síntesis de esos estudios y llegar a una conclusión. Si los estudios reportan resultados más o menos comparables entre sí, se puede hacer un metaanálisis, o un análisis estadístico combinado de esos resultados individuales.

En este caso, el equipo de la LSHTM dirigido por Alan Dangour buscó la literatura arbitrada y en inglés sobre comparaciones de nutrientes entre alimentos orgánicos y convencionales entre enero de 1958 y febrero de 2008. El equipo excluyó cualquier artículo que no tuviera como objetivo principal comparar el contenido nutricional de un producto orgánico contra un equivalente convencional. El equipo detectó 162 artículos relevantes, tres cuartas partes de los cuales fueron publicados durante los últimos diez años. El 87% de los estudios seleccionados trata sobre vegetales orgánicos. El resto trata sobre productos orgánicos de origen animal.

Esos 162 artículos fueron evaluados para determinar su calidad. Para que un artículo se considerara de calidad, debía especificar claramente los métodos de producción orgánica usados en el cultivo o el ganado analizado (incluyendo organismos certificadores); debía mencionar las variedades vegetales o animales analizadas; debía especificar qué nutrientes se estaban evaluando; qué métodos de laboratorio se usaron para medir los nutrientes y qué métodos estadísticos se usaron. Si el artículo no cumplía con uno o más de los puntos mencionados era considerado poco satisfactorio. Sólo 55 artículos (34%) cumplieron con todos los puntos; notablemente, sólo 75 artículos, menos de la mitad, definían con claridad qué era un producto orgánico, lo que es precisamente el meollo del asunto.

El grupo clasificó los resultados en categorías de nutrientes, reportando aquellos nutrientes que fueron analizados en al menos 10 artículos sobre vegetales (23 grupos en total) y 5 sobre animales (11 grupos en total). Los resultados del análisis de todos los artículos son:

  • Los productos vegetales convencionales tuvieron más nitrógeno que los orgánicos.
  • Los productos vegetales orgánicos tuvieron más magnesio, fenoles, zinc, flavonoides, azúcares y materia seca que los convencionales.
  • Los productos animales orgánicos tuvieron más grasas poliinsaturadas, más ácidos grasos trans y más ácidos grasos que los convencionales.

Cuando el análisis se restringe a los estudios de calidad satisfactoria, los resultados son diferentes:

  • Los productos vegetales convencionales tuvieron más nitrógeno que los orgánicos.
  • Los productos vegetales orgánicos tuvieron más fósforo y acidez que los convencionales.
  • Los productos animales orgánicos tuvieron más nitrógeno que los convencionales.

En la lista de arriba, "X tuvo más Y" se debe entender como "hubo una diferencia estadísticamente significativa de Y a favor de X". Es interesante notar que la única diferencia significativa que se mantuvo en ambos conjuntos de evaluación (el de todos los artículos y el de los artículos de calidad) fue el nitrógeno en vegetales convencionales. Ninguna diferencia a favor de los orgánicos tuvo ese comportamiento.

La conclusión del grupo de revisión es que la literatura sobre las diferencias nutricionales entre productos orgánicos y convencionales es escasa, no muy buena y lo suficientemente heterogénea como para no ser directamente comparable; y que esa literatura no detectó diferencias de nutrientes entre los alimentos orgánicos y los alimentos convencionales que sean relevantes para la salud humana. El grupo de revisión pide aumentar los estudios sobre diferencias nutricionales y mejorar su calidad.

Algunos abogados de la agricultura orgánica no estuvieron muy contentos. Acusaron al reporte y a la FSA de ignorar la menor cantidad de pesticidas, antibióticos y sustancias industriales, el aumento de la biodiversidad y la variación genética, la conservación del suelo y otros beneficios ambientales de los orgánicos. Pues sí, pero la revisión jamás buscó responder preguntas ambientales. De hecho el protocolo mencionaba explícitamente que los estudios enfocados en fertilizantes o contaminantes no iban a ser considerados. El estudio buscaba responder una pregunta concreta, no convertirse en la Biblia de la ciencia de los cultivos orgánicos.

Este vehemente énfasis en beneficios ambientales y demás no es más que ruido, una distracción para que no se note que los activistas y productores orgánicos no mencionan una sola pieza de evidencia que refute la revisión de la FSA, que es lo que cabría esperar si tuvieran tal evidencia. Esto es un reconocimiento implícito de que la revisión tiene razón y de que el estado actual del conocimiento no indica que la comida orgánica sea nutricionalmente diferente (mucho menos superior) a la comida agroindustrial.

Los productores orgánicos tienen dos salidas. Una es apoyar la elaboración de más y mejores estudios comparativos de nutrientes entre los productos orgánicos y los convencionales, con la esperanza de que terminen inclinando la evidencia a favor de los orgánicos, pero con el riesgo de que los estudios apuntalen la revisión del FSA y conviertan la superioridad alimenticia de los orgánicos en un mito para siempre. La otra es nunca más asegurar que los orgánicos son más nutritivos que los convencionales, y concentrarse en demostrar y promover las ventajas ambientales y sociales que pudieran tener.

Mientras tanto, podemos decir que todos aquellos que digan que los alimentos orgánicos son más nutritivos que los convencionales hacen una afirmación extraordinaria para la que deben presentar evidencia extraordinaria. Y si no lo hacen, será lícito considerarlos ignorantes o deshonestos.

Referencias

agosto 16, 2009

De regreso a la Luna (II)

Si mandar seres humanos al espacio es tan caro y tan poco práctico, ¿por qué Estados Unidos dedicó tantos esfuerzos para lograrlo durante la década de los sesentas?

Primero, porque la historia de los grandes viajes de exploración y descubrimiento lo hacía ver obvio. Las tecnologías que a la larga reemplazaron al ser humano en la exploración espacial estaban comenzando (la implementación práctica de la radio fue más o menos al mismo tiempo que se demostraba la factibilidad de los cohetes espaciales; de los mecanismos autónomos ni hablar), y por eso mismo no se vislumbraba la posibilidad de ese reemplazo.

Pero el motivo principal era más pedestre.

La Guerra Fría

En el valiente y nuevo mundo bipolar que surgió después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética debían buscar una forma de demostrar al mundo y a sus propios ciudadanos que su civilización era superior. Pero ambas potencias contaban con armas nucleares, así que existía un riesgo muy real de que esa muestra de poder terminara con la evaporación de millones de personas. Aparte de las guerras en el Tercer Mundo, la Guerra Fría fue una guerra de diplomacia, de propaganda y de símbolos. Y qué mejor símbolo de superioridad que La Conquista Del Espacio.

Al menos durante sus primeros años, la carrera espacial era más un despliegue de poder económico y tecnológico que una empresa científica. En esta guerra de símbolos, los soviéticos llevaron la ventaja inicial: fueron los primeros en lanzar satélites, en lanzar animales, en lanzar y recuperar humanos. Para los estadounidenses se volvió cuestión de orgullo nacional: si Ellos pueden ir al espacio, ¿por qué Nosotros no? Y siendo estadounidenses, se fueron a lo grande: si Ellos van a la órbita baja, ¡Nosotros vamos a ir a la Luna!

El discurso de Kennedy

En su famoso discurso del 25 de mayo de 1961 ante el Congreso estadounidense, el presidente John F. Kennedy prometió presencia estadounidense humana en la Luna antes del fin de la década de 1960. El discurso se recuerda porque se considera el banderazo inicial del Programa Apolo, pero Kennedy proponía muchas otras cosas además de la Luna, como veremos a continuación.

Kennedy empezó más o menos así:

La Constitución me impone la obligación de "dar de tiempo en tiempo al Congreso información sobre el Estado de la Unión". Si bien esto se ha interpretado tradicionalmente como un asunto anual, esta tradición se ha roto en tiempos extraordinarios.

Estos son tiempos extraordinarios. Y enfrentamos un desafío extraordinario. Nuestra fuerza así como nuestras convicciones han impuesto sobre esta nación el papel de líder en la causa de la libertad.

Ningún papel en la historia pudo ser más difícil o más importante. Nosotros defendemos a la libertad.

Esa es nuestra convicción para nosotros —ese es nuestro único compromiso hacia otros. Ningún amigo, neutral o adversario debe pensar de otra manera. No estamos contra ningún hombre —o ningún sistema— excepto si es hostil a la libertad.

Qué poco han cambiado las cosas. San John F. Kennedy, el Noble, el Puro, el Mártir, expresa la misma ideología política que Estados Unidos ha usado para justificar su existencia y su expansión territorial, comercial y militar durante los últimos 200 años: "América" como Guardián de la Libertad. El mismo sonsonete que el Gran Satán Alcohólico George W. Bush usó para desmadrar al menos tres países.

Desde luego, toda gran cruzada civilizatoria debe tener un enemigo. Los enemigos de Bushito eran Los Malvados Terroristas Islámicos y Malvados, aunque siempre negó la parte de "islámicos". Los enemigos de Kennedy eran Los Malvados Rusos Comunistas Opresores y Malvados, y nunca lo negó. Para empezar, el discurso se pronunció un mes después de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos para derrocar a Fidel Castro y a la Revolución Cubana. Cuba era la muestra más cercana (y por lo mismo la más irritante) del ascenso mundial de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra, lo que obviamente era indeseable para Washington. En el discurso, por ejemplo, constantemente los llama "adversarios de la libertad", los acusa de querer "explotar, controlar y finalmente destruir las esperanzas de las más nuevas naciones del mundo", reconoce que "los más habilidosos esfuerzos de contraguerrilla no pueden triunfar donde la población está tan atrapada por su propia miseria como para preocuparse por el avance del comunismo", y muestra su preocupación por las transmisiones radiales de "los soviéticos, los chinos rojos y sus satélites" en Latinoamérica y Asia.

Ante la amenaza soviética a la misión autoimpuesta de llevar libertad y progreso (y el American way of life) a los pueblos del mundo, Kennedy propuso:

  • Un programa para entrenar a la fuerza laboral y adaptarla a la automatización de la industria
  • Una política de austeridad fiscal y de mejora de la recaudación
  • Un programa de apoyo económico a "naciones emergentes", con un "Fondo Presidencial de Contingencia"
  • Un incremento en los fondos de la CIA, destinados a transmisiones de radio y televisión en América Latina y el Sureste Asiático
  • La asignación de 5 submarinos Polaris a la OTAN
  • Un "Programa de Asistencia Militar" para combatir "la crisis actual en el Sureste de Asia [Vietnam]", "la creciente amenaza del comunismo en América Latina" o "las nuevas presiones en cada nación [...] a lo largo de los bordes del bloque comunista en Asia y el Medio Oriente"
  • Programas para reorganizar, modernizar y reequipar las fuerzas armadas, con énfasis en las fuerzas especiales
  • La reorganización de las agencias de defensa civil
  • Un plan para evaluar, mejorar e implementar la infraestructura de refugios nucleares
  • La promoción del desarme nuclear
  • El desarrollo de un cohete de propulsión nuclear
  • Fondos adicionales para satélites de telecomunicaciones y climáticos
  • "Lograr la meta, antes de que esta década termine, de colocar un hombre en la Luna y regresarlo a salvo a la Tierra"

Es claro que el plan de Kennedy era en su mayor parte militarista, si bien buscaba la disuasión antes que un conflicto directo. Incluso los proyectos diplomáticos y pacíficos se inscribían en esa lógica militar, buscando disminuir o neutralizar el poder de Moscú, Pekín y sus aliados. Este era un plan de la Guerra Fría, enfocado a elevar al Imperio Americano por encima de la Unión Soviética en la lucha por la supremacía mundial. Y la promesa lunar de Kennedy, que a la larga se convertiría en el Programa Apolo, debe entenderse en esa lógica de la Guerra Fría.

La promesa lunar

Kennedy empezó así la parte de su discurso sobre la exploración espacial:

Si vamos a ganar la batalla que está ocurriendo en el mundo entre la libertad y la tiranía, los dramáticos logros en el espacio que han ocurrido en semanas recientes deberían hacer claro a todos que, así como lo hizo el Sputnik en 1957, el impacto de esta aventura en las mentes de los hombres en todos lados, que intentan hacer una determinación de qué camino deben tomar.

Kennedy veía los logros espaciales como logros de sistemas sociopolíticos, y la superioridad de un Estado en la carrera espacial implicaba la superioridad de su sistema sobre los sistemas rivales. En esta interpretación, los regímenes del Tercer Mundo verían los logros espaciales del comunismo soviético como producto de un sistema superior a la democracia capitalista de Estados Unidos, y buscarían adoptar para sus países formas de organización económica y política más afines a Moscú que a Washington. En pocas palabras, para Kennedy el programa espacial era poco más que una forma muy visible, espectacular y persuasiva de propaganda. Y es en esos términos como planteó la promesa lunar:

[C]reo que esta nación debe comprometerse a lograr la meta, antes del fin de esta década, a colocar a un hombre en la Luna y regresarlo a salvo a la Tierra. Ningún proyecto espacial en este periodo será más impresionante a la humanidad, o más importante para la exploración del espacio a largo plazo; y ninguno será tan difícil o costoso de lograr. [...] Pero en un sentido muy real, no será un solo hombre en la Luna —si hacemos este juicio afirmativamente, será una nación entera. Pues todos nosotros debemos trabajar para ponerlo ahí.

John F. Kennedy era un político, pensaba como político, y el discurso de 1961 fue leído a otros políticos en un acto político. Era natural que la promesa lunar fuese una promesa política, enmarcada en una agenda política con claros fines políticos. De ahí que la promesa lunar no ofreciera un solo beneficio científico o técnico, ni siquiera aproximado. El objetivo de la promesa lunar, del proyecto Apolo, era llegar a la Luna para demostrar la superioridad de los Estados Unidos sobre las demás naciones.

La reunión Kennedy-Webb

Avancemos 18 meses en el tiempo. Estamos en noviembre de 1962. Poco a poco, la promesa lunar de John F. Kennedy comienza a concretarse. El programa Apolo está en sus primeras fases de diseño. Sin embargo, se reporta que la NASA no le está dedicando suficiente atención y recursos, y que puede requerir 400 millones de dólares adicionales. Alarmado ante esa perspectiva, Kennedy convoca a una reunión en la Casa Blanca con James Webb, en ese entonces el administrador de la NASA, Jerome Wiesner, el asesor presidencial para ciencia y tecnología, y otros funcionarios de la NASA y de la Oficina del Presupuesto.

La transcripción de esta reunión es un documento fascinante. Se habló del incremento al presupuesto de la NASA, de los aumentos masivos en los costos de desarrollo de los proyectos en curso, el Géminis y el Mercurio, de la relación entre los tiempos y los costos, de la capacidad que podría tener la NASA de negociar más presupuesto ante el Congreso de Estados Unidos o mejores condiciones de los contratistas privados. Los interesados en administración de proyectos y materias relacionadas pueden encontrar ese bloque estimulante y educativo.

La parte que nos interesa aquí es la discusión sobre la prioridad del proyecto lunar dentro de la NASA, que pinta de cuerpo completo la motivación eminentemente política y el minúsculo papel que tuvo la ciencia en la promesa lunar de Kennedy. A los que hayan estado en juntas de ingenieros y administradores, la dinámica entre Kennedy y los altos mandos de la NASA les será dolorosamente familiar.

Kennedy le pregunta a James Webb si el programa lunar es la prioridad máxima de la NASA. Webb responde que es una prioridad, pero no la prioridad: es importante trabajar en los cohetes para saber qué tan lejos se puede llegar para estudiar las condiciones del espacio. A lo que Kennedy dice:

Jim, creo que [el proyecto Apolo] es la máxima prioridad. Creo que debemos tener eso bien claro. Algunos de esos programas pueden retrasarse seis meses, o nueve meses, y nada estratégico va a pasar, va a... Pero esto es importante por razones políticas, razones políticas internacionales. En cierto sentido esto es, nos guste o no, una carrera. Si llegamos segundos a la Luna, está bien, pero es llegar segundo de todas formas. Así que si somos los segundos por seis meses, porque no le dimos la prioridad adecuada, por supuesto que sería muy serio. Así que pienso que debemos ver que esto es la prioridad máxima para nosotros.

Webb no era un científico. Era un abogado como Kennedy, pero entendía las dimensiones y las implicaciones del proyecto mucho mejor que Kennedy:

El problema [...] Déjeme decir una cosa, luego entonces quiera [desconocido] la cosa que me molesta aquí de hacer una afirmación tan tajante como esa es que, número uno, hay verdaderas incógnitas sobre si el hombre puede vivir bajo la condición ingrávida y si podremos alguna vez hacer el alunizaje. Ese es un tipo de vulnerabilidad política por el que quisiera evitar semejante compromiso tan tajante. Si dice que falló en su prioridad número uno, es algo para pensar. Ahora, el segundo punto es que según podamos ir y hacer mediciones en el espacio para estar físicamente aptos para estar allá, el trabajo científico alimenta a la tecnología y los ingenieros comienzan a hacer mejores naves espaciales. Esto le da mejores instrumentos y una mejor oportunidad de salir a aprender más. [...]

Perfectamente razonable. Pero Kennedy parece exasperantemente ciego ante ese hecho. Webb, el asesor Wiesner y otras personas de la NASA dicen que necesitan saber sobre el espacio para poder ir a la Luna, y Kennedy se pone necio y dice que la ciencia es muy bonita pero lo más importante es el viaje tripulado a la Luna. Ese ciclo se repite unas seis veces. Al ver el texto completo uno casi hasta se alegra de que hayan matado a Kennedy. (Conspiranoicos, aquí tienen una sugerencia para una teoría nueva: la NASA mandó matar a Kennedy porque no los dejaba hacer ciencia.)

Kennedy:Y el segundo punto es el hecho de que la Unión Soviética ha hecho esto una prueba del sistema. Por eso lo estamos haciendo. Así que pienso tomar el punto de vista de que este es el programa clave. El esto de estos... podemos averiguar todo sobre ello, pero hay muchas otras cosas sobre las que podemos averiguar; necesitamos averiguar sobre el cáncer y todo lo demás.

Webb: Pero verá, cuando habla sobre eso, es muy difícil trazar una línea entre lo que...

Kennedy: Todo lo que hacemos en realidad debe estar ligado a llegar a la Luna antes que los rusos.

Ese último párrafo lo dice todo.

Referencias

agosto 09, 2009

Están aquí

Finalmente ocurrió.

Muchas fueron las voces que lo advirtieron, muchas eran las señales, mucho fue el tiempo que tuvimos para prepararnos ante el terrible porvenir. Ahora es demasiado tarde. Las estrellas están alineadas. La hora se ha cumplido. La suerte está echada. Nada ni nadie podrá detenerlo, nada ni nadie podrá salvarnos.

Los Antiguos y su Gran Sacerdote Cthulhu están aquí. Han regresado.

Fachada oriente (hacia calle Progreso) del Edificio Libertad. Colonia Americana, Guadalajara. Obra de Michelle López Arciga.

Esa es una de las fachadas del edificio Libertad, en la esquina de la calle homónima y la avenida Chapultepec, a una cuadra del consulado de Estados Unidos, en esta noble y leal ciudá de Guanatos. La huella de tentáculo puede apreciarse desde la cuadra de Libertad entre Progreso y Chapultepec.

El tentáculo es parte de algo llamado "proyecto Octopus" de la artista urbana Michelle López Arciga. Creo que tiene perfil en el féisbuc. (Si sí es ella salúdenla de mi parte si no es mucha molestia.) Ya ha hecho al menos otras dos intervenciones en sendas edificaciones por ese mismo rumbo. En entrevista al suplemento de fin de semana de un diario local, Michelle, que parece una persona agradable, desinhibida y medio estrambótica (como que podría caerme bien), se confiesa admiradora de los pulpos.

Son inteligentes y poseen una gran sensibilidad en todo su cuerpo. Me encanta esa facilidad que tienen para camuflarse: un tentáculo puede ser una roca, una planta. De hecho, lo que pinté en el edificio Libertad fueron las ventosas. Y utilicé colores llamativos, para que resalten y saquen de onda a la gente. De eso de trata: obligarnos a mirar al cielo, cosa que ya casi no hacemos. Quiero hacer una manifestación en forma de abrazo, por eso elegí sólo las extremidades, también. [Ocio 619, 24/07/2009]

Sin agraviar a Michelle, yo digo que todo eso es un compló de los medios, que ocultan La Verdad Verdadera Con Mayúsculas. Los tentáculos no están hechos con pintura, sino que son huellas reales de Aquellos que vienen del espacio más allá del espacio y del tiempo más allá del tiempo, que finalmente han despertado y vienen a reclamar lo que es Suyo. Y cuando ese glorioso día llegue todos nosotros seremos despedazados y aniquilados en una orgía interminable de caos, horror, locura y destrucción. Iä! Iä!

Y usted, ¡sí, usted! puede reducir al mínimo el sufrimiento que experimentará cuando el reino de Cthulhu se reestablezca en todo su insano, terrorífico, malevolente e incomprensible esplendor. Tan sólo deberá complacer a los Antiguos para que, llegado el momento, tal vez le concedan la gracia de ser devorado primero. Para ello deberá abandonar el jebuísmo o cualquier otra falsa religión disparatada que esté practicando, aceptar a Cthulhu como Supremo Señor y Rey del Universo, sacrificar gatitos, perritos, conejitos, borreguitos y puerquitos (lo recomendado son los bebés y las adolescentes de las escuelas de monjas, pero eso es demasiado ilegal) y, mientras aún está bañado en la sangre de criaturas inocentes, repetir un millón de veces Su Invocación:

Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!
Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!
Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!

(traducción: en su morada de R'lyeh, Cthulhu muerto espera soñando)

Los Antiguos ya vienen. Pronto despertarán, saldrán de sus prisiones de los abismos submarinos, e implantarán un futuro glorioso y maravilloso para sus elegidos... hasta que los Antiguos se los coman.

(Este blog no ha abandonado su devoción por el Dios Verdadero y Comestible, el Monstruo Volador de Espagueti. Este blog cree firmemente que como el Monesvol y el Gran Cthulhu tienen tentáculos, vuelan y existen desde siempre en planos diferentes al nuestro, deben ser avatares complementarios de un mismo ser superior.)

agosto 04, 2009

El Circo del Absurdo no. 17

Ya pasó el primer lunes de mes y como todo primer lunes de mes toca Circo del Absurdo. La función 17 corrió a cargo de TheJab, quien extiende los formatos del Circo y nos presenta la primera función declamada. Haciendo gala de una habilidad lírica que muchos quisiéramos, canta las hazañas de algunos participantes en su incansable e interminable combate contra la superstición y la credulidad.

La siguiente función todavía no está agendada. Creo que Sidurti mostró interés pero nunca la contacté para confirmar (tache para mí). Como siempre, aviso a la brevedad. Y como siempre, me pongo a su disposición para dudas, preguntas, comentarios, solicitudes para hospedar y eso.

Carnavales