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Me lo dijo un pajarito

agosto 19, 2010

"¿A ustedes les gustaría que los adopten maricones o lesbianas?"

Eso preguntó el cavernal (sic) Juan Sandoval en Aguascalientes, cuando declaró su brillante perla de que Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, sobornó a los ministros de la Suprema Corte de Justicia para que declararan constitucionales las reformas al código civil del DF que les permiten casarse y adoptar hijos y que lo hizo merecedor de una bonita demanda por daño moral.

Respondo: si yo fuera huérfano, una de mis opciones sería languidecer en uno de esos espeluznantes hospicios católicos regenteados por monjas burocráticas y sádicas que confunden el amor a Dios con el odio a la infancia y donde corro el riesgo de que un cura me desflore por el recto; así que sí, sí preferiría ser adoptado por un par de maricones.

Al menos, si el par de maricones abusa de mí, mis chances de recibir justicia son mucho mejores que si el abusador es el cura o la madre superiora del orfanato católico.

¡Ebrard para presidente!

Seguramente no va a llegar a nada, si acaso a un mustio reproche, porque en este país jodido el alto clero es intocable, pero se agradece y se admira profundamente que Marcelo Ebrard haya presentado la demanda por daño moral contra Sandoval. Sea por verdadera convicción liberal o por oportunismo (o por una mezcla de ambas), Ebrard dio un paso muy importante en el camino hacia el Estado y la sociedad laicos que muy pocos políticos en las izquierdas (o en el PRI) están dispuestos a dar. México estaría menos mal si más políticos prescinden de ese trato suave y adulador tan hipócrita e inmerecido que reciben esos patanes de bata.

(Y a todo esto, ¿dónde está el inútil del Rayito? ¿Opina algo al respecto, lo que sea?)