"Orgullosamente inquebrantable"
El viernes 17 de marzo apareció en Ocio, el suplemento de entretenimiento del Público-Milenio, una caricatura más de Pupa y Lavinia, de la dibujante y artista local Ani Castillo. Si no viven en Jalisco o bien no compran el Público-Milenio, se trata de dos mujeres jóvenes que se llaman precisamente Pupa y Lavinia. Pupa es una muchachita baja, pálida, de cabello azuloso, más o menos infantil y ridícula, y Lavinia es mujer alta, demasiado delgada, teñida de güera, medio ojerosa y bien zorra. Básicamente se trata de su vida. Si estoy comentando una caricatura de hace casi dos meses, es porque Castillo la acaba de publicar en su blog dedicado a Pupa y Lavinia. Y la razón por la que hay un comentario de una caricatura de hace casi dos meses en un blog que dice que es de crítica de la pseudociencia, la pseudohistoria, el posmodernismo y las creencias absurdas es porque tiene que ver con esos temas: Lavinia cuestiona a Pupa sobre su vegetarianismo. Como las caricaturas suelen ser más chistosas y efectivas vistas que platicadas, debería echarle un ojo antes de continuar.
No había material tan bueno en la última página de Ocio desde la salida de Axel y su Prima Holocáustica. O así me parece. Y la última Pupa y Lavinia es tan buena porque la explicación que da Pupa para su vegetarianismo son tonterías, y porque esa tonta explicación es una síntesis de la "filosofía" detrás de buena parte del ecologismo bienpensante de moda hoy en día: gente que no come carne porque los borreguitos son pachoncitos o los cerditos son muy rosados y tiernos (note que algo de eso hay en el vegetarianismo de Lisa Simpson); gente que protesta por la matanza de focas arpa en Canadá pero jamás moverían un dedo por los sapos del mundo subtropical que sí están en peligro de extinción; en fin, un ecologismo motivado por la ternura y no por la razón, un ecologismo que no lleva a ninguna parte más allá de la autocomplacencia, un ecologismo que no sirve para nada.