El Gran Cañón y la credulidad escéptica
El 28 de diciembre de 2006, la organización Empleados Públicos por la Responsabilidad Ambiental (Public Employees for Environmental Responsibility, PEER) emitió un comunicado informando que el servicio de parques nacionales (National Park Service, NPS) de Estados Unidos giró órdenes al personal del Parque Nacional del Gran Cañón (Grand Canyon Nationan Park, GCNP) para que no den al público la edad que la geología ha calculado para el cañón (seis millones de años). Esta acción supuestamente estaría motivada por presiones provenientes del fundamentalismo cristiano cercano al presidente George W. Bush. Durante la primera quincena de enero, esta noticia corrió como pólvora entre medios de la reality-based community (como Robert L. Park y su boletín What's new, el boletín electrónico de la Skeptics Society, eSkeptic y Bad astronomy de Phil Plait, entre los que leo) como una muestra más de la violación a la laicidad del Estado bajo el gobierno de Bush.
Y así hubiera quedado hasta que algunos lectores de eSkeptic contactaron al NPS y al GCNP, y se enteraron de que no existía ninguna restricción sobre el tema, y que los guías de hecho tienen la obligación de informar de la edad geológica del Gran Cañón del Colorado. Asimismo, varios guías y empleados del GCNP negaron que existiera ningún tipo de presión o de prohibición respecto a la edad del Gran Cañón.
Ahora bien, hace cosa de dos años y medio se supo que la librería del Gran Cañón vendía un libro titulado Grand Canyon: A different view, que es un libro defendiendo la idea de que el Gran Cañón y todo el arreglo de capas geológicas que muestra se formaron hace menos de seis mil años como resultado del Diluvio Universal narrado en el Génesis. Creacionismo, pues. Sin embargo, hay una distancia bastante grande entre vender material que contradice la información científica que el parque tiene que dar por obligación y entre prohibir sistemáticamente dicha información.
El director de la Skeptic Society, Michael Shermer, contactó a Jeff Ruch, director a su vez de PEER, para verificar qué evidencias tenía PEER para sostener la acusación original. Ruch se refirió a la venta del libro creacionista y a los reportes de letreros con citas bíblicas a lo largo del cañón, hechos ambos que Shermer rechazó como irrelevantes para la afirmación principal. Después de varias evasivas, Ruch remitió a Shermer con Julie Cart, periodista de Los Angeles Times que también dijo desconocer la prohibición sobre la edad geológica del Gran Cañón. Exasperado, Shermer fue al grano y le preguntó directamente si había inventado la historia. Ruch respondió que sus informantes deseaban permanecer anónimos. Shermer, en la corrección que publicó y envió el 17 de enero, dice:
Bueno, hubiera sido agradable (por no decir ético) si él hubiera dicho eso en primer lugar. [...] La referencia de fuentes que desean permanecer anónimos es muy común en periodismo y, de hecho, existen leyes protegiendo a los informantes. El hecho de que esa referencia no fue hecha hasta que acusé directamente a Ruch de mentir descaradamente me vuelve, bueno, escéptico de esta explicación.
Al final, PEER publica una corrección donde elimina las referencias directas a las prohibiciones del personal del GCNP y muestra la declaración oficial de que el NPS debe proporcionar información geológica adecuada a los visitantes. La versión que bajé del comunicado de prensa de PEER no menciona ninguna prohibición o censura. Sin embargo, el título original del comunicado ("¿Qué tan viejo es el Gran Cañón? El Servicio de Parques no lo dirá — Órdenes para satisfacer a creacionistas vuelven a parque nacional agnóstico en geología") y el párrafo que cita una declaración de Ruch ("Para evitar ofender a los fundamentalistas religiosos, nuestro Servicio de Parques Nacionales está bajo órdenes de suspender su creencia en la geología" [...] "Es desconcertante que la posición oficial de un parque nacional sobre la edad geológica del Gran Cañón sea 'sin comentarios'") siguen ahí. Ni el título ni las afirmaciones de Ruch tienen sentido en el contexto de un libro fuera de lugar pero cuadran perfecto con la afirmación original de una censura gubernamental. Es más: ni siquiera el libro creacionista puede considerarse una objeción válida porque se reporta que la librería del Gran Cañón también vende libros sobre la mitología de los indígenas del Suroeste estadounidense. Para algunos, eso es muestra de un claro prejuicio de Ruch y de PEER hacia el cristianismo. (Y sí: si te quejas de que ponen libros religiosos en un centro gubernamental, necesariamente laico, tienes que quejarte de todos, así sean los del cristianismo evangélico fundamentalista o los de la religión tradicional navajo.)
La moraleja de esta historia es que los escépticos también podemos ser víctimas del prejuicio de confirmación, esto es, de darle preferencia a lo que confirma nuestras ideas, aunque no sea un dato muy sólido. Es una debilidad humana frente a la cual lo único que queda es, una vez que se mete la pata, corregir y enmendar el daño que se pudo haber hecho. Si la ciencia es tan superior a otras formas de conocimiento, es precisamente porque le es muy fácil decir "me equivoqué", corregir y seguir el rumbo, y todo verdadero escéptico y racionalista debe saber reconocer sus errores y cambiar de opinión cuando la realidad lo obliga a ello.
Así que ya sabe: no crea todo lo que le digan, menos si lo dice un escéptico.
Fuentes
- How old is the Grand Canyon? Park service won't say. Comunicado de prensa. Public Employees for Environmental Responsibility, Washington, 28 de diciembre de 2006.
- Donald Prothero, Creationism in our national parks en eSkeptic. Skeptics Society, 10 de enero de 2007.
- Michael Shermer, Fact checking 101 en eSkeptic. Skeptics Society, 17 de enero de 2007.
7 comentarios:
Es cierto. Si la ciencia no aceptara que comete errores entonces no sería ciencia sino religión
Muy buena entrada
yo me enteré de este embrollo por el boletín semanal de Robert L. Park. La lección principal es siempre verificar lo que publicas (los escépticos también podemos ser ingenuos).
un abrazo,
Fernando Velázquez
Prothero, Prothero, Prothero... ¿De qué me suena Prothero?
¡Claro, si es la Voz de Londres!
(un momento, ese es Lewis, no Donald...)
Sumamente interesante el post! Es cierto, debemos llevar el escepticismo por todos los poros, siempre intentando objetividad.
Así es: como dice Fernando, en What's new de Park se trata el asunto en cuestión, y también en Bad Astronomy de se publicaron correcciones. Con Plait hay mucho material en los comentarios de la entrada original. Usé a Shermer porque es posiblemente el caso más detallado.
Jack: Yo también me acordé de V for vendetta. :) Debería comprar ese DVD. O la novela gráfica.
Saludos, P.
Solo se que no se nada
yo sólo sé que no he cenado...
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