Los alimentos orgánicos no son más nutritivos que los convencionales
Una de las ventajas que los productores de alimentos orgánicos (que a grandes rasgos son aquellos que se producen sin fertilizantes, pesticidas o aditivos de origen industrial) difunden a favor de sus métodos y mercancías es que lo orgánico es más nutritivo que lo agroindustrial o convencional. (Véase un ejemplo aquí.) Puesto de esa forma parece una instancia más de la falacia naturalista: lo natural es mejor que lo artificial. Pero en principio puede ser cierto.
A finales de julio de 2009, la Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido (FSA) publicó y adoptó los resultados de una revisión sistemática de la literatura médica relacionada con alimentos orgánicos, realizada por un equipo de investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM). El objetivo era determinar si existen diferencias nutricionales entre la comida orgánica y la comida convencional agroindustrial.
A ver si me doy a entender. Una revisión sistemática es un tipo de estudio que examina la literatura disponible sobre un tema particular y específico. De acuerdo a criterios públicos, predefinidos y replicables, se hace una selección de los artículos relevantes y se evalúa su calidad. Todos esos factores se toman en cuenta para hacer una síntesis de esos estudios y llegar a una conclusión. Si los estudios reportan resultados más o menos comparables entre sí, se puede hacer un metaanálisis, o un análisis estadístico combinado de esos resultados individuales.
En este caso, el equipo de la LSHTM dirigido por Alan Dangour buscó la literatura arbitrada y en inglés sobre comparaciones de nutrientes entre alimentos orgánicos y convencionales entre enero de 1958 y febrero de 2008. El equipo excluyó cualquier artículo que no tuviera como objetivo principal comparar el contenido nutricional de un producto orgánico contra un equivalente convencional. El equipo detectó 162 artículos relevantes, tres cuartas partes de los cuales fueron publicados durante los últimos diez años. El 87% de los estudios seleccionados trata sobre vegetales orgánicos. El resto trata sobre productos orgánicos de origen animal.
Esos 162 artículos fueron evaluados para determinar su calidad. Para que un artículo se considerara de calidad, debía especificar claramente los métodos de producción orgánica usados en el cultivo o el ganado analizado (incluyendo organismos certificadores); debía mencionar las variedades vegetales o animales analizadas; debía especificar qué nutrientes se estaban evaluando; qué métodos de laboratorio se usaron para medir los nutrientes y qué métodos estadísticos se usaron. Si el artículo no cumplía con uno o más de los puntos mencionados era considerado poco satisfactorio. Sólo 55 artículos (34%) cumplieron con todos los puntos; notablemente, sólo 75 artículos, menos de la mitad, definían con claridad qué era un producto orgánico, lo que es precisamente el meollo del asunto.
El grupo clasificó los resultados en categorías de nutrientes, reportando aquellos nutrientes que fueron analizados en al menos 10 artículos sobre vegetales (23 grupos en total) y 5 sobre animales (11 grupos en total). Los resultados del análisis de todos los artículos son:
- Los productos vegetales convencionales tuvieron más nitrógeno que los orgánicos.
- Los productos vegetales orgánicos tuvieron más magnesio, fenoles, zinc, flavonoides, azúcares y materia seca que los convencionales.
- Los productos animales orgánicos tuvieron más grasas poliinsaturadas, más ácidos grasos trans y más ácidos grasos que los convencionales.
Cuando el análisis se restringe a los estudios de calidad satisfactoria, los resultados son diferentes:
- Los productos vegetales convencionales tuvieron más nitrógeno que los orgánicos.
- Los productos vegetales orgánicos tuvieron más fósforo y acidez que los convencionales.
- Los productos animales orgánicos tuvieron más nitrógeno que los convencionales.
En la lista de arriba, "X tuvo más Y" se debe entender como "hubo una diferencia estadísticamente significativa de Y a favor de X". Es interesante notar que la única diferencia significativa que se mantuvo en ambos conjuntos de evaluación (el de todos los artículos y el de los artículos de calidad) fue el nitrógeno en vegetales convencionales. Ninguna diferencia a favor de los orgánicos tuvo ese comportamiento.
La conclusión del grupo de revisión es que la literatura sobre las diferencias nutricionales entre productos orgánicos y convencionales es escasa, no muy buena y lo suficientemente heterogénea como para no ser directamente comparable; y que esa literatura no detectó diferencias de nutrientes entre los alimentos orgánicos y los alimentos convencionales que sean relevantes para la salud humana. El grupo de revisión pide aumentar los estudios sobre diferencias nutricionales y mejorar su calidad.
Algunos abogados de la agricultura orgánica no estuvieron muy contentos. Acusaron al reporte y a la FSA de ignorar la menor cantidad de pesticidas, antibióticos y sustancias industriales, el aumento de la biodiversidad y la variación genética, la conservación del suelo y otros beneficios ambientales de los orgánicos. Pues sí, pero la revisión jamás buscó responder preguntas ambientales. De hecho el protocolo mencionaba explícitamente que los estudios enfocados en fertilizantes o contaminantes no iban a ser considerados. El estudio buscaba responder una pregunta concreta, no convertirse en la Biblia de la ciencia de los cultivos orgánicos.
Este vehemente énfasis en beneficios ambientales y demás no es más que ruido, una distracción para que no se note que los activistas y productores orgánicos no mencionan una sola pieza de evidencia que refute la revisión de la FSA, que es lo que cabría esperar si tuvieran tal evidencia. Esto es un reconocimiento implícito de que la revisión tiene razón y de que el estado actual del conocimiento no indica que la comida orgánica sea nutricionalmente diferente (mucho menos superior) a la comida agroindustrial.
Los productores orgánicos tienen dos salidas. Una es apoyar la elaboración de más y mejores estudios comparativos de nutrientes entre los productos orgánicos y los convencionales, con la esperanza de que terminen inclinando la evidencia a favor de los orgánicos, pero con el riesgo de que los estudios apuntalen la revisión del FSA y conviertan la superioridad alimenticia de los orgánicos en un mito para siempre. La otra es nunca más asegurar que los orgánicos son más nutritivos que los convencionales, y concentrarse en demostrar y promover las ventajas ambientales y sociales que pudieran tener.
Mientras tanto, podemos decir que todos aquellos que digan que los alimentos orgánicos son más nutritivos que los convencionales hacen una afirmación extraordinaria para la que deben presentar evidencia extraordinaria. Y si no lo hacen, será lícito considerarlos ignorantes o deshonestos.
Referencias
- Alan Dangour et al. Comparison of composition (nutrients and other substances) of organically and convencionally produced foodstuffs: a systematic review of the available literature. Nutrition and Public Health Intervention Research Unit, London School of Hygiene and Tropical Medicine. Julio de 2009.
- Versión en publicación arbitrada: Alan D. Dangour et al. Nutritional quality of organic foods: a systematic review. Am J Clin Nutr 90: 680-685, 2009. doi:10.3945/ajcn.2009.28041
- Organic review published. Food Standards Agency, Londres, 29 de julio de 2009.
- Destacan bondades de productos orgánicos para el medioambiente [sic], en La Jornada. 1 de agosto de 2009.
- Ben Goldacre, Over there! An 8 mile high distraction made of posh chocolate!, en Bad Science. 1 de agosto de 2009.
- Soil Association response to the Food Standards Agency's Organic Review. Soil Association. Bristol, Inglaterra, Reino Unido, 29 de julio de 2009.
- Vegetarianos defienden la agricultura orgánica, en Milenio Diario. 17 de agosto de 2009.