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Me lo dijo un pajarito

febrero 11, 2007

Día de Darwin: el darwinismo en México - Domingo de la evolución

El 12 de febrero de 1809 nació el biólogo inglés Charles Darwin, uno de los personajes más importantes en la historia de la ciencia gracias a su teoría de la evolución de las especies, el pilar de la biología moderna. Desde hace unos 10 años, cada 12 de febrero se impulsa la celebración del Día de Darwin para hacer conciencia de la importancia de la evolución y la biología. La Corte de los Milagros se une a la celebración con esta entrada doble.

El primer darwinismo en México

Darwin llegó a México en francés, por ser ésa la lengua de las traducciones en la que se conocieron en México los trabajos de Darwin y sus partidarios, más o menos hacia 1870. (Elías Trabulse, en su Historia de la ciencia en México —FCE / CONACYT, 1994-2005—, dice que las obras de Darwin y sus comentaristas llegaron "entre la sexta y la séptima décadas del siglo XIX", que es el periodo entre 1851 y 1869, lo que es medio extraño porque El origen de las especies es de 1859. Me parece más lógico que Trabulse haya querido indicar el periodo entre la séptima y la octava décadas del siglo XIX, entre 1861 y 1879.) Sólo hasta 1882 se publicaría una traducción en español hecha en México.

El darwinismo fue muy bien recibido en México, aunque de manera un tanto gradual por parte de los biólogos propiamente dichos. Para muchos naturalistas y pensadores mexicanos, la enorme cantidad de especímenes y fósiles que tenían a su disposición proporcionaban material de primerísima mano para verificar el hecho mismo de la evolución. Especialmente durante el último cuarto del siglo XIX, hubo una explosión de estudios naturalistas que, aunque no la aceptaban completamente de forma explícita (precaución comprensible al tratarse de una nueva hipótesis científica), contribuyeron a la expansión del darwinismo. El más destacado de los darwinistas mexicanos decimonónicos fue Alfonso L. Herrera, que aplicó los postulados evolucionistas al estudio concreto del desarrollo de las especies en relación a las variaciones de altitud y al ecosistema del lago de Texcoco.

Mucho más entusiasta fue la recepción de las teorías evolutivas por parte de los antropólogos, quienes inmediatamente empezaron a aplicarlas a los pueblos indígenas. Vicente Riva Palacio, en México a través de los siglos, defendió la superioridad biológica y el grado mayor de "progreso" de los pueblos amerindios. Sus conclusiones resultaron bastante entusiastas, al grado de que parecieron precipitadas para algunos contemporáneos.

No hubo gran oposición al darwinismo entre los biólogos y antropólogos, pero sí por parte de la Iglesia católica y de los filósofos positivistas. La Iglesia se quejaba porque el darwinismo ponía en duda la literalidad de la Biblia, mientras que los positivistas, encabezados por Gabino Barreda, rechazaban la evolución porque, según ellos, no cumplía con las condiciones del método científico y era una hipótesis insuficiente para explicar la complejidad de la naturaleza y la sociedad.

Cierro este apartado con una elocuente cita de Alfredo Dugés, maestro de Herrera, recogida por Trabulse:

[...] es preciso llevar al exceso las preocupaciones religiosas y espiritualistas para separar en un reino especial un tercero que el análisis demuestra no tener con los animales sino diferencias de grado y no esenciales. Ciertamente que un mono aparenta tener pocas afinidades con un pez o una solitaria, y sin embargo, nadie vacilará en declarar que tan animal es uno como otro de estos seres; si, pues, el hombre difiere mucho menos del mono que éste de un articulado o aun de un vertebrado inferior, ¿qué razón habrá para levantarle un altar sobre toda la animalidad, y echar de menos sus numerosos lazos con ella?

El Domingo de la evolución

El domingo 11 de febrero se organizó en unas 600 iglesias de Estados Unidos y otras pocas iglesias en otros países la segunda edición del Domingo de la evolución. El Domingo de la evolución es una actividad derivada del Proyecto de la Carta del Clero, iniciativa de Michael Zimmerman, decano de la Universidad de Butler. La Carta del Clero es un documento que dice entre otras cosas que la Biblia es un texto metafórico cuyo propósito "no es transmitir información científica sino transformar almas", y que por lo tanto, "las verdades intemporales de la Biblia y los descubrimientos de la ciencia moderna pueden coexistir confortablemente", y que el rechazar la teoría de la evolución en favor de una interpretación literal de la Biblia es un acto de ignorancia y soberbia que rechaza y limita la voluntad de Dios.

El propósito del Domingo de la evolución es llevar esta declaración a las comunidades y parroquias de los firmantes. Durante ese domingo, se busca que los párrocos y ministros incluyan alguna mención a la validez de la evolución, al carácter alegórico del Génesis en particular y de la Biblia en general y a la compatibilidad entre una visión científica y una religiosa.

Creo que una iniciativa como el Domingo de la evolución es positiva si hace que el feligrés investigue un poco más sobre la teoría de la evolución y se convenza por sí mismo de que el creacionismo es un montón de falacias lógicas, afirmaciones de mala fe y mentiras descaradas, y no porque el padre o pastor lo dice. Revisando algunos sermones en el archivo del Proyecto, siento que no es el caso. Casi todos se explayan explicando el carácter alegórico de las Escrituras y la armonía o la complementariedad entre ciencia y religión, y en algunos sermones las veces que mencionan a Darwin o a la evolución se cuentan con los pulgares de una mano. Destacan entre este mar de autocomplacencia los sermones de la Iglesia Unitaria, una religión que ha incorporado una visión científica desde sus orígenes, así que no debería sorprendernos. Los sermones pronunciados durante el Domingo de la evolución no ayudan a la divulgación de la teoría de la evolución y de la ciencia más que como una muestra de lo mal conocida que es la ciencia en general y la evolución en particular en los púlpitos.

Pero ésta es una iniciativa joven. Si realmente quiere llegar a algún lado, debe alejarse de la corrección política y hacer que los clérigos involucrados, en lugar de seguir dándose palmaditas en el hombro por sus aburridos y trillados malabares apologéticos, realmente se pongan a leer biología y otras ciencias y a integrarla constructivamente en sus creencias.

8 comentarios:

Kix dijo...

Querido Pereque, como siempre un excelente post. Recuerdo que en una ocasión me tacharon de fascista por mencionar la teoría de Darwin al respecto de las masas...

Hay un capítulo de Prison Break en el que mencionan que el que manda en la ley de la prisión es Darwin, no Einstein.

David Moreno dijo...

Muy buen post, muy ilustrativo...
Comparto tu idea en relación a las iglesias que creen en la evolución, veremos que pasa..

Saludos..

Anónimo dijo...

que buen post!!!

Antonio dijo...

¡Larga vida a Darwin!

No comparto mucho eso de que investiguen para integrar la evolución a sus creencias. Me parece que no tiene mucho sentido cuando hablamos de creencias que se basan en dogmas milenarios: no buscan correspondencia con la realidad sino confianza ciega, lo cual es difícil de conciliar cuando hay algún tipo de contradicción intrínseca. Y me baso para dar esta poco optimista opinión en el cambio de punto de vista de la iglesia católica a partir de la opinión del nuevo papa en su discurso de hace unos meses en el que ataca a una parte de la ciencia
con la que no está de acuerdo por promover una visión atea del mundo.

Por otro lado el punto que menciona Kix es una confusión que me he encontrado en muchos debates sobre darwinismo y creo que quienes la tacharon de fascista estaban en esa confusión: creer que la teoría de Darwin explica a los seres vivos y su comportamiento y desarrollo no implica respaldar como visión ética la "supervivencia del mas fuerte". Richard Dawkins menciona algo en "el gen egoista" cuando aconseja a los padres enseñar a sus hijos el altruismo, ya que la naturaleza no lo hará

Un Abrazo

J.S. Zolliker dijo...

Excelente artículo; y sí, me gusta más esta corriente nueva de las iglesias, que la del creacionismo. Asi que, viva Darwin!

Pereque dijo...

Antonio: Hace un buen punto.

Tal vez "integrar" no fue la palabra correcta. Toda religión que aspire a ser constructiva en una sociedad científica debe ser capaz de reconocer que la ciencia es un método de conocimiento objetivo muy superior. Así, las religiones deben adaptarse y botar los elementos sobrenaturales o de interpretación de la realidad que choquen contra los hechos (ojo: los hechos) descritos por la investigación científica.

Y gracias por señalar el error en las supuestas implicaciones ideológicas y éticas del darwinismo.

Saludos a todos, P.

Kix dijo...

Es que estrictamente se menciona que el mas apto es el que sobrevive, no necesariamente el más fuerte, que se toma en su sentido literal como el que tiene más fuerza.

Antonio dijo...

Pereque: "Así, las religiones deben adaptarse y botar los elementos sobrenaturales o de interpretación de la realidad que choquen contra los hechos (ojo: los hechos) descritos por la investigación científica."

Pero si las religiones hacen eso desaparecen o se convierten en otra cosa.

Kix: No quise hacer esa distinción. La confusión no es entre "el más fuerte" y "el más apto", sino entre aceptar el darwinismo como modelo de la realidad natural o como modelo ético de vida.

Un Abrazo