De regreso a la Luna (III): el pionero olvidado
Ese feo cacharro como salido de una película del Santo es un satélite de exploración lunar. Cuando se construyó pesaba unos 390 kilogramos y llevaba encima detectores de radiación ionizante, magnetómetros, detectores de meteoritos, gas de sodio y unas esferas hechas de plaquitas conmemorativas. Estas plaquitas tenían grabado el escudo de armas del país que construyó el satélite, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y una fecha, septiembre de 1959, que era cuando ese país pensaba lanzar el satélite.
Y así fue. El 12 de septiembre de 1959, el satélite fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán. Su destino era la Luna. Su propósito principal era llegar hasta allá. El viaje no sólo era de ida sino que era suicida. En el camino, los medidores del satélite confirmaron la existencia de un débil campo magnético lunar que un satélite idéntico detectó unos meses antes. El satélite soltó su cargamento de gas de sodio como parte de un experimento para ver el comportamiento del gas en el espacio y para ayudar al monitoreo de su trayectoria.
El 14 de septiembre, hace 50 años, después de un viaje de casi día y medio, el satélite se impactó contra la superficie lunar. De ese modo, ese satélite se convirtió en el primer objeto humano depositado en un cuerpo celeste. Una vez que se confirmó el éxito de la misión, los líderes soviéticos divulgaron su hazaña. El satélite luego recibiría el nombre Luna 2 o Lunik 2.
Diez años después, dos estadounidenses pisarían la superficie de la Luna, una hazaña impresionante que quedaría grabada en la Historia y que cubrió de gloria a los astronautas, a su país y al mundo entero, mientras el Luna 2 yacía derretido y olvidado en la Luna. En 2009 todos celebramos los 40 años del Apolo 11, pero ni siquiera en Rusia se celebraron los 50 años del Luna 2. Ahí sigue, derretido y olvidado en la Luna.
Las imágenes del Apolo 11 nos prometían un futuro en el que la humanidad se dedicaría a explorar y explotar el espacio en paz y armonía. Pero el verdadero heraldo del futuro fue el Luna 2. En los últimos treinta años, decenas de sondas robóticas han explorado la Luna, los otros siete planetas, las lunas más importantes de Júpiter y Saturno, varios asteroides y uno que otro cometa, sin mencionar los telescopios espaciales que miran hasta los confines del Universo. En esos mismos treinta años, la presencia humana en el espacio se ha limitado a tres estaciones espaciales carísimas y limitadas, situadas a una fracción minúscula de la distancia entre la Tierra y la Luna. Nuestros siervos mecatrónicos han expandido nuestra visión del cosmos muchísimo más que los astronautas humanos, demasiado frágiles y caros para ser eficientes, y demasiado valiosos para ser abandonados en la nada espacial.
Son mucho menos glamorosas, pero las sondas espaciales son un testimonio de la capacidad humana al menos igual de impresionante y más duradero que las proezas de los astronautas.
Más
- Luna 2, NASA / Centro Nacional de Datos de Ciencia del Espacio
- Luna 2, Agencia Federal Espacial Rusa (en ruso)
- The Mission of Luna 2, Zarya.info
- Hace medio siglo el primer aparato espacial soviético alcanzó la Luna, RIA Novosti (versión en ruso aquí)
(Imagen: NASA / NSSDC)
4 comentarios:
Es cierto. La pura exploración de marte es mucho más productiva e impresionante que todas las misiones tripuladas hasta ahora.
Un Abrazo.
Hablando de sondas robóticas enviadas a la Luna, me encanta esta fotografía del astronauta Pete Conrad del Apolo 12 examinando a la sonda Surveyor 3, con el
módulo lunar "Intrepid" al fondo. A pesar de que las sondas robóticas aportan mucha más información científica por dólar invertido, es la presencia de humanos en lugares fuera de la tierra la que logra transmitir todo el asombro de lo logrado. Me imagino lo impactante que será cuando alguna de las futuras misiones a la Luna produzca fotos de astronautas junto a la etapa inferior de alguno de los módulos lunares que fueron dejadas atrás por las misiones Apolo.
Interesante, pero no coincido con la primera frase ¿Feo? Esta bastante bonito el cacharro, pero puede que sea sólo yo, me gustan los cacharros. De película del santo... más bien parece los robots esos interrogadores que tenían en la estrella de la muerte.
Los rusos fueron los reyes de la exploración de nuestro modesto sistema solar. Mi favorito, por mucho, fue el programa Venera. No puedo imaginar la emoción de toda la escena científica cuando Venera 4 regresó los primeros datos [tomados en sitio] de otro planeta aparte de la tierra. Saludos!
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